22 de octubre de 2010

Solo me queda quererte

(para eschuar la canción pulsa Ctrl y pincha aquí Beyonce "Halo")

La igualdad, uno de los principios fundamentales de la democracia, que implica que todos los derechos y libertades han de distribuirse entre todos por igual. Un libro abierto del que se puede escribir y escribir y nunca terminaremos leyendo THE END.  Siempre han existido, existen y existirán diferencias, pero siempre mirando para adelante, diré que se está haciendo mucho por conseguir que esta gran batalla se vaya lidiando con arte.

Pero hay una aspecto, que la política no puede regular y que la igualdad ya tiene el trabajo hecho.
LA MUERTE.
Sin duda, la muerte es una etapa de la vida que a todos nos tocará pasar, o mejor dicho, es la etapa de la vida que termina con nuestra existencia. 

Pero por suerte o por desgracia, a todos nos llega el momento.

Por desgracia, algún día nos llegará el descanso eterno.
Pero por suerte, a todos nos llegará el momento, haciéndonos a todos iguales.

Si pensáramos un poquito en esto, se deberían de acabar las diferencias entre unos y otros y reflexionando en profundidad, ver que todos somos seres que un día nacimos y que otro moriremos.  Y que ni las diferencias sociales, ni las económicas, ni las diferencias étnicas, religiosas, de clase, ni las diferencias ideológicas políticamente hablando, ni las culturales, ni las diferencias educativas, o de nacionalidad, deberían ser la base de conflictos. 

Tod@s somos iguales.  Tod@s nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, y por el camino vivimos.

Pronto será 1 de Noviembre, día de celebración cristiana instituida en honor de Todos los Santos, mediante la cual, los que tenemos algún ser querido ya en falta entre nosotros, los tenemos más presentes, aunque siempre estarán en nuestro recuerdo mas íntimo.

Cuando perdemos a un ser querido, los que nos tienen estima nos dan el tan tradicional “pésame”, transmitiéndonos su más sentido pesar y así acompañarnos en nuestro dolor.

Solo nos queda en nuestra memoria la historia de cuantos acontecimientos hemos vivido juntos, tantos ratos buenos y malos que hemos compartido, tantos momentos de conversaciones que dejamos atrás, y tantas y tantas cosas que son imposible de archivar en nuestro recuerdo.

Solo nos queda mirar al cielo, y pensar que están ahí y que son nuestros ángeles, los que nos guían cada día desde el momento que nos suena el despertador hasta que lo volvemos a conectar para el día siguiente.

Solo nos quedan las lágrimas que se desprenden de nuestros ojos al darnos cuenta que los echamos tanto de menos que necesitamos darles un fortísimo abrazo y no podemos.

Solo nos queda coger el álbum de fotos y así añorar con los que quedamos esos días que pasamos juntos.

Solo nos queda ir al cementerio y ponerles un ramito de flores para que se sientan que no están solos.

Solo nos queda pensar cuan felices hubieran sido si estarían entre nosotros todavía, aunque eso nos ponga un nudo en la garganta.

Solo nos queda la pena de no habernos dado tiempo de decirles tantas cosas que se nos olvidaron decir.

Solo nos queda recordar todas las hazañas que han protagonizado en sus diferentes etapas de sus vidas, y lo felices que han sido.

Solo nos queda el consuelo de que no solo ellos han tenido la desgracia de al irse al más allá, sino que todos, sin excepción, pasaremos por ese trance.

Solo nos queda el trasmitirles a los que no los conocieron, lo grandes que fueron.

Solo nos queda el no olvidarlos jamás, y tenerlos en un rinconcito de nuestros corazones.

Solo nos queda…  tantas cosas….

He sufrido la pérdida de conocidos y familiares de amigos.  De tíos y tías a los que tenía especial cariño y que se fueron no por haber llegado a su mayoría de edad precisamente.  He sufrido la pérdida de mis cuatro abuelos, el primero de ellos cuando contaba con la temprana edad de 7 añicos.  Y estoy sufriendo la pérdida, ya hace año y medio, de mi padre.

Solo me queda dedicarles a todos ellos este nuevo post en mi blog.

Solo me queda dedicarle a mi padre estas palabras llenas de sentimiento, de las cuales se sentiría sorprendido a la vez que orgulloso.

Solo me queda contarle a mi hijo, que con dos añitos sufrió junto a nosotros su pérdida, lo que su abuelo le quería.

Y solo me queda ser como soy gracias a los valores que, junto a mi madre, a mi hermano y a mí nos han inculcado y hacemos muestra de ellos.

SOLO ME QUEDA QUERERTE

1 comentario:

  1. Por fin! con un ordenador delante (no con mi móvil cutre) y con más de 140 caracteres decirte que me ha encantado tu post, me ha emocionado y me he sentido muy identificada contigo. Un beso Anabel.

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