(para escuchar la canción mantén pulsado ctrl y pincha aquí Michael Jacson)
Malos tiempos para la lírica, dice la canción, que si la trasladamos a nuestros días, podríamos transcribir en malos tiempos para la política.
No voy a divagar sobre nuestra situación política, municipal, autonómica, estatal, europea o mundial, pues diversas son las formas de enfocarlas y de diversas formas el mitigar los problemas, y la patata caliente siempre de tejado en tejado, pero que no termina de enfriarse en el del mas sabio.
Tan solo quiero dejar reflejadas unas imágenes sacadas del archivo histórico del Ministerio de Cultura, que me conmueven y ponen los pelos de punta al observar cuanto esfuerzo, sudor y lágrimas hay en cada uno de ellos. Casi 3000 carteles sobre la cruenta Guerra Civil, componen este archivo (te invito a echarle un vistazo en Ministerio de Cultura. Archivo Español) del que sólo plasmo tres para nuestro recuerdo, UNAS FOTOS PARA LA MEMORIA.
Creo que ahora más que nunca debemos reflexionar, hacer memoria, pensar, recapacitar, meditar… la decisión que dentro de 5 meses tomaremos al hacer uso de nuestro derecho al voto, no obviando la lucha incansable y sangrante que nuestros antepasados sufrieron por dejarnos un legado basado en la libertad, en la igualdad, la fraternidad, la equidad, la solidaridad… unos valores que no vienen solos, sino que viene de la mano de los que murieron por nosotr@s.
El mono, tradicional prenda obrera de trabajo, se convirtió casi en el uniforme de los luchadores republicanos, y no falta tampoco aquí."
"Disconformes con el hecho de que las olimpiadas de 1.936 habían de celebrarse en el Berlín nazi -donde ni los atletas negros ni los judíos serían demasiado bien recibidos-, diferentes organizaciones de izquierda de todo el mundo habían creado los comités por olimpiada popular, al objeto de realizar una contra olimpiada.
Este proyecto recibió, finalmente, el apoyo de la Generalidad de Cataluña, que creó un comité organizador -formado por el diputado J. A. Trabal y el periodista J. Miravitlles-, que se encargó de todos los trabajos de organización de la Olimpiada Popular."
"Unas enormes siglas de la UGT , cual gigantescas columnas, dan sentido a la consigna "la UGT , columna y base de la victoria". Sin embargo, el testimonio del cartel, pintado por Canet, no es sindical, sino militar. No son las masas proletarias la que avanzan, es el ejército disciplinado. Tensión militar y disciplina son las nuevas consignas en la zona republicana, pasadas ya las alegría de los primeros momentos de la guerra. La Unión General de Trabajadores (UGT) había nacido, al igual que el PSOE, en Barcelona, en agosto de 1.888. Su núcleo fundacional, formado en su mayor parte por tipógrafos del madrileño sindicato Asociación del Arte de Imprimir, estaba dirigido por el ferrolano Pablo Iglesias. Disidentes del bakuninismo anarquista, predominante en la Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional ), habían creado en 1.872 la marxista Nueva Federación Madrileña y, luego, en la clandestinidad, en 1.879, un primer partido socialista. A partir de su fundación oficial y pública en 1.888, la UGT , la central sindical socialista, tutelada por el PSOE, fue creciendo dificultosamente: era de 3.500 militantes en el momento fundacional, casi 4.000 en 1.890, 8.500 en 1.894, más de 15.000 en 1.899, hasta alcanzar el millón de afiliados durante la Segunda República."