27 de febrero de 2011

Cásate conmigo

(para escuchar la música mantén pulsado ctrl y pincha TITANIC )

“Cásate conmigo” bien podía ser el estribillo de una canción de Chayanne, el título elegido por Mario Vargas Llosa para su nueva novela de amor, las palabras adecuadas para una campaña publicitaria de una empresa de preparativos de boda…  o simplemente el título de mi nuevo post en mi blog.

Es un ejemplo de cómo dos palabras pueden ser interpretadas de diferente forma y hacen referencia a distintos casos.

El uso de la palabra, la comunicación, la información son medios por los que durante siglos nos hemos mantenido unidos los unos con los otros.

Haciendo un rápido repaso histórico y hasta nuestros tiempos, podríamos comenzar recordando como los primitivos hombres de Cromagnon dejaron constancia de su actividad diaria mediante dibujos en las paredes de las cuervas donde vivían, y es gracias a ellos por lo que tenemos historia escrita de sus andadas.
Podemos seguir por las señales de humo, tan utilizadas por los indios; las cartas escritas a puño y pluma, enviadas al destinatario por mensajeros a caballo; el telégrafo, donde había que descifrar los toquecitos para entender el mensaje…
Algo mas moderno ya el correo postal, todo un ejemplo de trabajo en cadena y coordinación; la máquina de escribir, invento aplaudido por los grandes escritores literarios; el teléfono y la televisión, grandes medios de comunicación e información que marcaron un antes y un después; los periódicos y revistas…
Y qué decir de la informática y los móviles, que cuando se empezaron a conocer parecía algo del más allá que lejos estaba de estar más acá.
Pero la bomba es Internet.  Tenemos acceso a toda la información que necesitemos a una distancia de un “clic” en el instante en el que lo hacemos sonar.  Enviamos mails al otro lado del mundo en un segundo.  Chateamos al instante con quien queramos sin reparar en la distancia que nos separa.  Hemos nacido pequeños “escritores” de la nada, y hacemos llegar, mediante los blogs, nuestros pequeños relatos.  Y como, no destacar las redes sociales, la revolución.

Utilizar el medio adecuado para trasladar una información o buscarla por uno mismo es muy importante.  Teniendo especial cuidado con la publicidad engañosa, todo tiene siempre su lado positivo y negativo.

Estar informado no es suficiente, estar bien informado es importante.

Debajo de cada mensaje hay un emisor que quiere llegar a los receptores mediante la palabra.  Quién lo dice, cómo lo dice, cómo se expresa al decirla, qué medios utiliza para hacerla llegar, el escenario que utiliza, quién respalda a ese protagonista, quién está escuchando, en qué condiciones lo está haciendo, si le interesa o no lo que se dice… 
Ahí está el triunfo o la derrota del comunicador.

“Donde digo digo, digo Diego”

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